La crisis económica que golpea todo el país está afectando gravemente al ámbito formativo y las universidades son uno de los focos especialmente afectados por los recortes llevados a cabo por el gobierno. Una de las principales víctimas de estos recortes incesantes es la Universidad pública Rey Juan Carlos.
La universidad Rey Juan Carlos es una de las cuatro
universidades públicas madrileñas que está siendo víctima del tijeretazo
llevado a cabo por el gobierno madrileño. Este centro universitario se está
viendo envuelto en las consecuencias acarreadas por una crisis económica que
está afectando a toda la población.
Concretamente en el campus de la Rey Juan Carlos de
Fuenlabrada, estos recortes no han dejado indiferente ni al alumnado ni al
profesorado. La situación ha desembocado en un ambiente de protesta por parte
de los estudiantes y en otro muy distinto por parte de los profesores, el del
miedo.
Ya se han producido incesantes despidos de docentes
sin previo aviso o no renovación de contrato de los mismos y, por esta razón, muchos de
los trabajadores pertenecientes a las universidades más afectadas se han
reunido para tomar medidas frente a dichos recortes como señal de protesta.
En estas reuniones se ha hablado de cientos de
despidos, por lo que los profesores han sido animados a impartir su clase fuera
de las aulas para manifestar su descontento, así como su negación a dar clase a
grupos de estudiantes que sean mayores al establecido por el Plan Bolonia.
La universidad, además de haber prescindido de
muchos docentes, ha decidido prescindir del uso del aire acondicionado en los meses
de verano y ha avisado de que los contratos de jardinería, línea telefónica y
limpieza también serán revisados.
Esta situación también afecta directamente a los
estudiantes universitarios, quienes se han sumado a las protestas contra los
recortes puesto que están sufriendo una situación de gran incertidumbre.
Uno de los recortes más destacados ha sido el no
mantenimiento del Campus Virtual desde que comenzó el curso 2012-2013. Los estudiantes
ya no podrán acceder a la información que sus profesores les faciliten mediante
el Aula Virtual a través del ordenador, al menos en unas condiciones óptimas. Además,
esto supone que las titulaciones on-line caigan por su propio peso, puesto que
el equipo encargado de la gestión del Campus Virtual ya no permanecerá en la
URJC.
Los gastos en material y la reparación o nueva
adquisición de equipos también se han eliminado, hecho por el que los alumnos,
al comenzar el curso, no han podido disponer de las fichas identificativas que
años anteriores se entregaban a los docentes para su posterior reconocimiento. Además,
la no reparación o nueva adquisición de medios significa que muchos alumnos no
tendrán la posibilidad de realizar muchas de las prácticas obligatorias satisfactoriamente,
puesto que el número de equipos del que se dispone es inferior al número de
alumnos.
Toda esta situación ha dejado ver que la
Universidad Rey Juan Carlos está inmersa en una etapa desalentadora. La
aplicación del Plan Bolonia
suponía
la necesidad de una mayor atención hacia el alumno, con más trabajos prácticos,
menos alumnos por clase y mejores tecnologías docentes. Sin embargo, y debido a
estos recortes, el futuro de la enseñanza en la universidad Rey Juan Carlos es
inexistente puesto que la calidad educativa es nula.